Tallado en Acantilados y Rocas Tibetano

El Tíbet no solo es famoso por sus hermosos paisajes, sino también conocido como una tierra con innumerables paisajes humanos distintivos. Como una nación antigua que se originó en la Edad de Piedra, los tibetanos tienen sentimientos profundos hacia las piedras, que se encontraban en la mayoría de sus actividades diarias en el pasado. Si tienes un plan de viaje al Tíbet, podrás encontrar muchos restos históricos de piedra, especialmente valiosos tallados en acantilados y rocas. Como cristalización de arte y sabiduría, estas obras son grandes regalos heredados de la antigüedad.

Tallado en Rocas Tibetano

Como una forma de arte popular en el Tíbet, el tallado en rocas es conocido por sus exquisitas obras de arte talladas en grandes montañas o acantilados escarpados. Con la mayor área y número de pinturas rupestres, el Tallado en Roca de Yaowangshan, ubicado al suroeste del Palacio de Potala en Lhasa, es el más famoso del Tíbet. Hay una gran cantidad de estatuas de piedra en el acantilado de la parte occidental de Yaowangshan, con una longitud de unos 2 kilómetros desde la Dinastía Tubo. Si lo miras desde lejos, Yaowangshan parece muy imponente, como un museo natural de tallado en piedra. La mayoría de los tallados tienen como tema a Budas, guardianes del budismo y monjes eminentes. Con estilos toscos y simples, estas imágenes están llenas de misterio.

Piedras Mani

Todos los que vienen al Tíbet notan que hay muchos altares construidos con piedras. ¿Para qué sirven estos altares? Este tipo de altar se llama Piedras Mani. “Mani” proviene del brillante mantra de seis palabras “Om mani Padme Hum” en el budismo. Cada piedra suele estar tallada o pintada con escrituras budistas o imágenes de dioses tibetanos. Según la cultura tibetana, estas piedras omnipresentes son expresiones de los sueños, sentimientos y esperanzas de los locales. Se usan para bendecir en un kora y corregir malas ideas de los peregrinos. Los devotos tibetanos creen que si siguen tallando/pintando el mantra sánscrito de seis sílabas que recitan día y noche, estas piedras pueden recibir poder mágico y traer suerte y felicidad a los creyentes. Con el tiempo, más y más de estas piedras se colocan junto al camino y forman paisajes humanos únicos. Especialmente en aldeas lejanas de pueblos y monasterios, las piedras mani juegan un papel importante en la vida espiritual de los locales.

Según la leyenda tibetana, algunos lugares como los pasos de montaña, la entrada a una aldea y las áreas de fuentes de agua suelen estar controlados por espíritus malignos. Colocar Piedras Mani aquí puede suprimir estos demonios y traer paz a la tierra. En la tradición tibetana, se cree que tanto las personas como su ganado no deben detenerse al cruzar un paso de montaña, o enfermarán. Y se quitarán el sombrero, juntarán las palmas y apilarán una piedra en las Piedras Mani para pedir bendiciones. Durante los festivales tibetanos, los peregrinos esparcirán zanba, granos de trigo y vino de cebada en las Piedras Mani para pedir paz y felicidad.